Miércoles 13 de junio de 2012
Señor director:
En relación con los programas de sexualidad, afectividad y género del Ministerio de Educación, reconocemos la necesidad de implementar programas de sexualidad que respondan a las demandas del contexto educacional; sin embargo, éstos deben estar dentro de un marco de información avalada por organismos como la Organización Mundial de la Salud, para el cual la homosexualidad dejó de clasificarse como una enfermedad a partir de 1990.
Hace pocos días celebramos que la Organización Panamericana de la Salud pidiera a la comunidad médica denunciar a los profesionales que ofrecen terapias de reconversión de la homosexualidad, puesto que actualmente no se le considera un trastorno de la identidad sexual como sí lo sugieren algunos programas ofrecidos a los colegios.
Que se presente la homosexualidad y el lesbianismo como trastornos en la identidad sexual falta a la verdad consensuada científicamente y no hace más que alentar un trato discriminatorio contra los niños y adolescentes diversos sexualmente.
Es nuestro deber reflexionar ante este tipo de programas y pensar en los nefastos efectos que podrían tener para los jóvenes y niños que esperan ser tratados con respeto, sin importar su orientación sexual.
Mauricio Eyzaguirre
María José Ansoleaga
Comisión Educación Fundación Iguales
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