Señor Director:

Daniel Zamudio habría vivido en un país más inclusivo y seguro si ya estuviera aprobado un acuerdo de vida en pareja (AVP) que reconociera la dignidad de las familias diversas.

El Presidente Piñera se comprometió durante su campaña a impulsar una legislación de unión civil para parejas convivientes del mismo o de distinto sexo, con el eslogan «Ahora nos aceptan, hace falta un país que nos respete». Sin embargo, ignoró dicho compromiso en sus dos primeros mensajes del 21 de mayo. La movilización de la sociedad civil, cansada de estas postergaciones, consiguió que el gobierno enviara el AVP al Congreso el 17 de agosto de 2011. A un año y medio de esa fecha, el proyecto continúa detenido en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado, sin siquiera haber superado su primer trámite constitucional. El presidente saliente de dicha comisión, senador Hernán Larraín, ha declarado que el AVP volvió a entramparse por la prioridad que el Gobierno da a otros proyectos mediante el uso de las urgencias legislativas.

Las urgencias son el instrumento mediante el cual el Ejecutivo prioriza aquellos proyectos que son de su interés. Sin embargo, el AVP no ha recibido ninguna clase de urgencia, a pesar de las insistentes peticiones de Fundación Iguales, y que el mismo Presidente Piñera, tanto personalmente como a través de la ministra secretaria general de Gobierno, se comprometió a hacerlo en caso de que el proyecto no mostrara los avances necesarios para aprobarlo dentro de su mandato.

Dados estos hechos, es posible concluir que el Presidente ha actuado en favor del proyecto solamente cuando la ciudadanía le ha recordado su promesa. En cambio, ha cedido una y otra vez a las presiones de sectores ultraconservadores para posponerlo, contraviniendo la voluntad de dos tercios de los chilenos y de una mayoría igualmente sustantiva en ambas cámaras del Congreso.

Esta vacilación al momento de cumplir su promesa nos hace dudar si alguna vez tuvo verdadera voluntad de dar este importante paso para Chile. A estas alturas, solo nos queda pedirle: Presidente, cumpla su palabra, demuestre que está por la inclusión, y no por la discriminación arbitraria. Hágalo también por la memoria de Daniel Zamudio.

Pablo Simonetti
Presidente Fundación Iguales

Fuente: El Mercurio