El pasado 19 de septiembre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo un llamado a la población rusa para fortalecer una nueva identidad nacional basada en el conservadurismo y valores tradicionales, como los que posee la Iglesia Ortodoxa, advirtiendo que el lado oeste del país estaba enfrentando una crisis moral.
“La soberanía, independencia y la integridad de Rusia son líneas que nadie tiene permitido cruzar“, advirtió el presidente ruso.
Además señaló que el país debería evitar el ejemplo de otros países europeos porque se estaban “alejando de sus raíces“ al legalizar el matrimonio homosexual y el exceso de “corrección política“
“Se está llevando a cabo una nueva política de poner en el mismo nivel a las familias que tienen muchos hijos con a las parejas del mismo sexo y la creencia de Dios con la creencia de Satanás. Los excesos de corrección política están llegando a un punto en que la gente está considerando en inscribirse en partidos cuyo objetivo es la legalización de la propaganda de la pedofilia“ señaló Putin.
“Mucha gente de los países europeos están avergonzados, y tienen miedo de hablar de estas convicciones religiosas. Las fiestas religiosas se están eliminado o se les está cambiando el nombre, escondiendo la esencia de la celebración“ agregó.
“Necesitamos respetar los derechos de las minorías para que sean diferentes, pero no debemos cuestionar los derechos de las mayorías“ afirmó.
Los comentarios del Sr. Putin, que se realizaron en una visita de tres horas en la reunión anual del Club Valdai, en donde participaron periodistas y académicos. Sus declaraciones también incluyeron una respuesta a los reiterados llamados del oeste de boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de Soshi debido a la ley rusa que prohíbe la promoción de la homosexualidad.
El presidente Ruso defendió la ley, insistiendo que fue designada para prevenir la “propaganda“ gay. “Quiero reiterar que los representantes de minorías sexuales no se verán reprimidos por sus derechos“ insistió.
Este discurso reflejó el cambio de Putin a una postura más conservadora desde que regresó como presidente el año pasado, una postura aparentemente diseñada para atraer a partidarios que habitan en los pueblos fuera de las ciudades de Rusia.
El presidente entregó un discurso seguro y a veces incisivo. En lugar de una cena habitual con los participantes, realizó su discurso y luego se integró a una sesión de conferencia junto con invitados extranjeros que incluyeron el ex primer ministro francés Francois Fillon y el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi.
Luego de una intervención de Prodi, Putin bromeó al referirse de su larga amistad que tiene con él y con su enemigo el ex ministro italiano Silvio Berlusconi afirmando que “Berlusconi está siendo juzgado por el hecho de que vive con una mujer, pero si el fuera homosexual, nadie le pondría un dedo encima“.
Para leer el artículo original, te recomendamos ingresar a este link