Según la última encuesta Casen un 15% de los núcleos familiares son convivencias, es decir, dos millones de adultos, este fue uno de los argumentos que se esgrimieron para justificar el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja.
Una intensa jornada se vivió esta mañana en la comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado en torno a la primera sesión del 2012 sobre el proyecto que establece el Acuerdo de Vida en Pareja, que había dormido durante todo este año. Un sesión que mostró los principales argumentos tanto a favor como en contra de este proyecto.
El primero en hablar fue el presidente de la comisión, el senador Hernán Larraín (UDI), quien indicó que el AVP “es un proyecto de gran importancia y que no se verá sometido a jugarretas políticas”. En ese mismo sentido, declaró que la convivencia de pareja es una realidad social que debe ser regulada para bien de todos los chilenos y chilenas.
La segunda en exponer fue la ministra Cecilia Pérez (Segegob), quien dijo que hay que volver a las bases que inspiraron esta iniciativa, pues tiene una implicancia social amplia. El Presidente Piñera asumió el compromiso de resolver el desmedro patrimonial de los convivientes para entregar dignidad a todas las familias que no son matrimoniales y debe respetarse su dignidad, haciendo visible que hay muchos tipos de familia y que no están vinculadas por el matrimonio. Afirmó que el país es diverso y esa es una de nuestras riquezas y fortalezas. Este proyecto entregará dignidad a las uniones de hecho, enfatizando que esto no deja de lado a la familia tradicional: ingreso ético familiar, posnatal de 6 meses, bodas de oro, sociedad conyugal. Finalmente, dejó en claro que para el gobierno el matrimonio sigue siendo para parejas de distinto sexo.
El siguiente en exponer fue el ex ministro de defensa y actual precandidato presidencial Andrés Allamand, quien fue invitado como uno de los primeros en plantear las regulaciones a parejas de hecho, del mismo y distinto sexo, durante su paso como senador el 2010. Allamand indicó que tanto el Acuerdo de Vida Pareja como el que él impulsó, siguen la misma inspiración, por lo tanto, conviene su fusión. Señaló que “la convivencia es una opción legítima que merece reconocimiento, respeto y dignidad, y el Estado debe amparar estas relaciones.”
Otro de los expositores fue el profesor de Derecho Civil, Mauricio Tapia, quien abordó el proyecto desde las demandas sociales. Tapia indicó que debatir el AVP es un gesto de buena voluntad con las personas que no creen en el matrimonio igualitario. Entre menos derechos se reconozcan en el AVP pasará menos tiempo para que haya matrimonio gay, por eso, hay que tener cuidado con reducir este contrato solo a efectos patrimoniales. El académico también coincidió con la fusión entre AVP y AVC, no obstante, puntualizó algunos elementos deficientes en el actual proyecto de gobierno, como son la inexistencia de estado civil, la precarización de la comunidad de bienes, el plazo excesivo para la configuración de derechos hereditarios y la incompatibilidad de los tribunales civiles cuando lo más pertinente es que los hechos de esta institución sean conocidos por los tribunales de familia.
Por último, se le dio la palabra a las organizaciones que se encontraban invitadas. Entre ellas, Fundación Iguales, quien a través de su presidente Pablo Simonetti se mostró de acuerdo en fusionar las dos iniciativas, sobre todo porque se puede mejorar la comunidad de bienes.
Organizaciones como Acción Familia y Red por la Vida y la Familia coincidieron en su postura en desacuerdo con este proyecto, ya que para ellos el AVP atenta contra la familia.