Esta tarde, el Senado la Cámara de Diputados ratificaron y despacharon para su promulgación el proyecto de ley Acuerdo de Unión Civil –anteriormente conocido como Acuerdo de Vida en Pareja, AVP-, tras casi once años de largas discusiones en el Congreso.
La futura ley, que regulará los efectos jurídicos de la vida en común y afectiva de dos personas del mismo o distinto sexo, fue aprobada por la Cámara Baja en su segundo trámite la semana pasada y en una maratónica jornada, ayer fue ratificada por el Senado y revisada por la Comisión Mixta, la que le cambió el nombre.
Ahora, el AUC debe pasar al Tribunal Constitucional para luego ser promulgado como Ley de la República por la presidenta Michelle Bachelet, en marzo.
«Estamos felices que de el Estado reconozca, por primera vez, que una pareja del mismo sexo también constituye una familia y merece protección. Es un paso adelante a la valoración de la diversidad», comentó Luis Larraín, presidente de Fundación Iguales.
El Acuerdo de Unión Civil contiene resguardos en materia de formalización del vínculo, patrimonio y seguridad social para las parejas, las que podrán acceder al sistema de salud público y privado como beneficiarias o carga, pactar regímenes económicos, optar a pensiones de sobreviviencia y a la compensación económica y concurrir a la sucesión de bienes en calidad de heredero/a de su conviviente civil.
Asimismo, reconoce los matrimonios celebrados en el extranjero por personas del mismo sexo, las que podrán gozar de los efectos del AUC en territorio nacional y reconoce la diversidad de familias y el interés superior del niño, al derivar sus causas y asuntos a las competencias de los Tribunales de Familia y entregar la posibilidad de optar al cuidado personal de hijos/as en caso de inhabilidad de los padres, sin ordenes de delación.
Para que la ley entre en vigencia se necesitan de seis meses para efectuar todas las modificaciones y consideraciones para su correcta implementación. Por ejemplo, el Registro Civil deberá desarrollar un software que consignará a los/as nuevos/as convivientes civiles, el estado civil que otorga el acuerdo.
Pese a este avance, Larraín destacó que no se trata del fin de la lucha de la diversidad sexual. “Nos preoupa que haya pasado más de una década desde la presentación del primer proyecto de unión civil, cuando deberíamos estar discutiendo ya el matrimonio igualitario», precisó.
«La aprobación del AUC no echa por tierra la lucha por una legislación de matrimonio para todos y todas los/as chilenos/as, la cual es una larga aspiración de nuestra comunidad y a la que le imprimiremos fuerza durante 2015, pues instituciones del Estado no pueden estar vetadas para una persona por su orientación sexual”, señaló.
El dirigente añadió que esta discusión no será fácil, pues supone efectos en la institucionalidad familiar y las demandas pendientes en torno a la filiación. “Como tal, requiere en una reforma profunda que incluya la perspectiva de la inclusión en el Derecho de Familia. Seguiremos buscando las formas de incluir los asuntos relativos a la copaternidad y comaternidad en todas las instancias posibles, reformulando la lógica heteronormativa de los artículos del Código Civil y la legislación referidas a la materia”, sostuvo.