El 23 de junio la Ministra Pascual lanzó “Chile sin femicidios”, iniciativa gubernamental para terminar con la muerte de mujeres a manos de sus convivientes. El mismo día, Nicole Saavedra Bahamondes, de 23 años, fue asesinada. Si bien, el caso aún está en investigación, se presume que Nicole estuvo secuestrada y fue sometida a tortura, actuar que pudo tener motivaciones lesbofóbicas.
De ser así, su cuerpo es la evidencia de que el llamado de las autoridades a detener la violencia resulta vago e inefectivo. Indica que las políticas públicas y los protocolos de servicio deben evolucionar, incluyendo a todas las mujeres. Siendo objeto de violencia, las mujeres lesbianas, bisexuales y trans no estamos en el horizonte del Estado, lo que tiene consecuencias fatales.
El asesinato de Nicole demuestra que no es suficiente podar un árbol para sacar algunas ramas podridas. Necesitamos que se ataque la raíz: políticas públicas que reconozcan a las mujeres lesbianas servicios favorezcan su protección, y abran un espacio de educación para no ser violentadas. Visibilizarnos es reconocernos como ciudadanas.
Como mujer, lesbiana y activista sé que el camino que recorro no es distinto al de Nicole y la lucha que estamos dando debe ser transversal a toda la ciudadanía. Necesitamos que hombres y mujeres se levanten ante todo tipo de violencia en su cotidianidad. Es la única manera de que avancemos hacia la igualdad en dignidad.
Hoy no es suficiente resignarnos a que la policía encuentre a los responsables. No es suficiente que la justicia sea implacable y ejemplar. Llegamos tarde para Nicole. Le fallamos a ella tal como le hemos fallado a las mujeres y hombres que han sido asesinados por cuestiones de género.
Isabel Amor.
Directora de Formación y Activismo de Fundación Iguales