• Nuestro Director Jurídico, Mauricio Henríquez, detalló por qué es necesario conmemorar a nivel nacional el Día de la Diversidad, junto con los argumentos de la Directora del Servicio Nacional de la Discapacidad, Eva Veloso.

Este martes 12 de julio, nuestro Director Jurídico, Mauricio Henríquez, expuso ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado iniciando el estudio del proyecto de ley que establece el Día Nacional de la Diversidad.

En esta exposición, también participó la Directora del Servicio Nacional de la Discapacidad, Eva Veloso.

La destacada presentación de Henríquez, se enfatizó en que un Día de la Diversidad es «dar una señal simbólica de la valoración que hace el Estado de Chile hacia todos sus ciudadanos y ciudadanas».

La Comisión de Derechos Humanos, compuesta por l@s senador@s Pedro Araya, Fabiola Campillai, Carlos Kuschel, Gastón Saavedra y Gustavo Sanhueza, continuará el debate dentro de las próximas semanas.

A continuación, compartimos la exposición de nuestro Director Jurídico:

Muy buenas tardes, Señor Presidente . A través suyo hago llegar mis saludos a las señoras senadoras y senadores, al señor secretario y equipos presentes en esta jornada de discusión sobre el proyecto de ley que busca establecer el día Nacional de la Diversidad.

Gracias por la invitación, estas instancias son de primera necesidad para el ejercicio de la democracia. Para Fundación Iguales es un honor visitar esta comisión y participar en el debate de esta misiva que apunta al reconocimiento e inclusión de las diversidades en nuestro país.

Quisiera partir señalando que con el objetivo de fomentar en el mundo el bienestar, la libertad y el progreso de los seres humanos en todas partes, así como de alentar la tolerancia, el respeto, el diálogo y la cooperación entre diferentes culturas, civilizaciones y pueblos, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en 1995, la celebración, los días 16 de noviembre de cada año, del Día Internacional para la Tolerancia.

Según señala la ONU, “la injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia. La educación y el reconocimiento son elementos claves para luchar contra estas formas de exclusión. La diversidad sexual y de género, las de religiones, culturas, lenguas y etnias no deben ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos”.

Pero ¿Por qué celebrar un día de la diversidad o tolerancia, como lo señala la ONU, en nuestro país?

La sociedad actualmente se encuentra en un panorama complejo de discriminación y violencia. Palabras como xenofobia, discriminación, homofobia, aparecen en los titulares de medios de comunicación a diario.

Los y las ciudadanas parecen haberse vuelto más intolerantes, rechazando al que es diferente, sin darse cuenta de que cada individuo en el mundo, es por definición, distinto.

Cada quien desarrolla cualidades muy distintas al otro. Los hobbies que practica una persona no son los que gustan o practican otras. Nuestros cuerpos tienen características que los pueden volver especialmente hábiles para alguna actividad que para otra. Es más, cada ser humano aprende de forma diferente, porque su proceso cognitivo es muy distinto al otro.

Ser diferente no es malo, lo que es realmente malo, son los prejuicios que se crean alrededor de aquellas personas que realizan acciones que no conocemos o entendemos. Bien sea por creencias culturales, religiosas o de género. Establecer un día Nacional por la Diversidad, es hacer un llamado a despojarnos de esos prejuicios e intentar entender y respetar al otro.

Chile ha hecho esfuerzos que aunque insuficientes, han sido justos en su mérito, y que han tenido la finalidad de garantizar el ejercicio de los principios de igualdad y libertad consagrados en la Constitución Política de la República. Esfuerzos cuya base institucional se cimenta en que “el Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible (…)”. Sin duda, anhelos tan grandes como éste requieren del esfuerzo y reconocimiento conjunto de todos los poderes del Estado.

Es importante construir una sociedad inclusiva en donde la promoción, reconocimiento y protección por parte del Estado y todos quienes lo componemos apunten a prevenir y atenuar todas las formas de discriminación.

Dicho lo anterior, si nos referimos específicamente a diversidades sexuales y de género, según el estudio realizado por la Subsecretaría de Prevención del Delito en el año 2021, en promedio el 89,3% de la comunidad LGBTIQA+ vivió, al menos, un episodio de discriminación en su vida a raíz de su orientación sexual y de género. De estas, un 36,0% declara que los espacios públicos son el principal ámbito de discriminación, seguido de un 15,6% que señala que el principal ámbito es la familia nuclear. Preocupa que el ámbito público y la familia sean los lugares donde más se discrimina, por lo que es importante saber cómo vamos a avanzar para generar el país en el que queremos vivir todos y todas de manera pacífica y segura.

Es imperativo que los Estados asuman un papel protagónico en la promoción de la diversidad, a través de leyes y políticas públicas que apunten a construir una sociedad más inclusiva. Establecer un día Nacional por la Diversidad es dar una señal simbólica de la valoración que hace el Estado de Chile hacia todos sus ciudadanos y ciudadanas.

El valor de la diversidad, ya no sólo debe verse como un imperativo ético y de derechos humanos, sino también como una riqueza que nos hace únicos, y que es necesaria para el desarrollo tanto institucional como también de las personas que lo componen. Reconocer la diversidad genera la posibilidad de desarrollarnos en otras áreas de la vida, de sentirnos igualmente integrados.

Aunque el término diversidad sexual y de género, por ejemplo, se usa regularmente para hablar de personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, la verdad es que todas y todos formamos parte de ella, incluyendo a las personas heterosexuales. El mundo es diverso y la responsabilidad del Estado y sus actores es intervenir para que esto sea entendido como un valor que enriquece a la sociedad. Somos distintos entre nosotros, pero debemos ser iguales en dignidad y derechos.
Finalmente, en Fundación Iguales creemos firmemente que la plena inclusión de todas las personas en la sociedad nos permite crecer como país. Al valorar la diversidad ganamos en capital social, en calidad de vida, en niveles de democracia. Ganamos nuevas perspectivas, teniendo la oportunidad de construir un país donde todos y todas, seamos reconocidos y respetados.