Hace más de una década, junto al escritor Pablo Simonetti forjaron la idea de crear una plataforma que les permitiera  trabajar en pos de la igualdad de derechos y la no discriminación de la diversidad sexual y de género. Con esa bandera crearon Fundación Iguales en mayo de 2011, la que hoy es una de las principales organizaciones defensoras y articuladoras de la comunidad LBGTI+ en Chile.

En el caso de Luis, su activismo y  los problemas de salud que tuvo que enfrentar a lo largo de su vida están íntimamente relacionados. Mientras creaba Fundación Iguales, estaba recuperándose de su primer transplante de riñón, producto de una poliquistosis renal, diagnosticada en 2005. Dos años más tarde, en julio de 2013, asumió la presidencia de la fundación, pese a que llevaba cerca de un año dializándose. El mismo año en que celebramos la promulgación del Acuerdo de Unión Civil (2015), trabajo en que Luis fue fundamental, recibió su segundo transplante de riñón. Ya para cuando se logró que se discutiera la ley de identidad de género, en el año 2017, dejó la presidencia de la fundación para dar paso a nuevos liderazgos. Desde entonces se mantuvo como director, siendo siempre parte esencial de la definición del carácter de nuestro hacer y de nuestras políticas. Pero como el empuje, la inteligencia y la transparencia vital fueron virtudes que lo definieron como persona, hizo de la vivencia de las enfermedades crónicas su segunda causa. “Ni ser gay ni tener cáncer deberían ser tabúes en la sociedad de hoy”, afirmó en una de las tantas entrevistas que dio relatando su proceso. 

No olvidaremos nunca su incombustible espíritu de lucha, su valentía para enfrentar las adversidades, su carácter templado, su claridad de pensamiento y la generosidad  que prodigó en su afán de abrir caminos hacia la plena igualdad de las personas LGBTI+ en nuestro país.

Acompañamos en su tristeza a su familia y amigos más cercanos. No tenemos duda de que en cada uno de ellos, así como en las personas que lo conocimos y trabajamos con él, perdurará la semilla de lucha incansable que lo caracterizó y con la que logró hacer de Chile un país más inclusivo y amable con la comunidad LGBTI+ y los enfermos crónicos. 

Los miembros de Fundación Iguales te agradecemos profundamente cada gesto, sonrisa y abrazo, pero, por sobre todo, tu liderazgo y tu inspiración.

 Hasta siempre, querido Lucho.