Señor director:

La entrada en vigencia de la Ley de Identidad de Género es un avance en dignidad para la comunidad trans. A partir de este 27 de diciembre, el Estado reconoce el derecho a la identidad de toda persona que habite en el territorio nacional y le asegura que podrá adecuar sus documentos de identidad acorde a esta categoría, independiente de su sexo biológico.

La Ley 21.120 constituye un importante paso para restituir la dignidad de un segmento de la población históricamente excluido y discriminado, proporcionando además un marco referencial para otros actores de la sociedad que tendrán que adecuar acciones y protocolos para realmente asegurar la debida protección a la libertad, vida privada y dignidad de las personas trans.

En este contexto, es pertinente preguntarse qué están haciendo las empresas en Chile respecto a la generación de ambientes inclusivos y diversos hacia el talento LGBT, y particularmente hacia el talento trans, aún cuando la nueva normativa no establece definiciones directas hacia los lugares de trabajo, pero si aporta un parámetro de referencia.

Si bien muchos espacios laborales han avanzado en esta materia, todavía la tarea es enorme. De ahí que en octubre pasado se solicitara un pronunciamiento al respecto a la Dirección de Trabajo, para que la autoridad competente delineara la hoja de ruta para las empresas respecto a sus actuales y futuros trabajadores trans. Plazos y procedimientos para la correcta implementación de la ley en la esfera laboral, y no dejar espacio a dudas ni libres interpretaciones.

A la espera de tal pronunciamiento, algunas iniciativas privadas han buscado preparar sus ambientes para la entrada en vigencia de esta normativa: de las 55 empresas que integran Pride Connection, la red que busca promover espacios de trabajo inclusivos y diversos, el 32% ha construido protocolos de transición de género, documento vital para facilitar el cambio de identidad de un trabajador o trabajadora trans y que sea reconocido como tal en la organización. Fuera de esta comunidad de empresas, los datos son desafiantes: el 66% de los trabajadores trans asegura que aún es muy difícil conseguir trabajo y el 90% afirma esconder su identidad a sus jefes para evitar ser desvinculados. 

Chile está cambiando y las empresas como agentes sociales activos y dinámicos están llamadas a adecuarse al nuevo escenario que, en este caso, invita a las compañías a pensar y redefinir ciertos protocolos para modificar de manera oportuna la infraestructura, los contratos laborales y las identificaciones personales de las y los trabajadores trans, de tal manera de resguardar sus derechos e integridad al interior de los puestos de trabajo.

También, a sumarse a iniciativas que permiten medir y certificar las políticas inclusivas y diversas de las empresas, como la certificación Equidad CL, abierta hasta fines de enero para todas las compañías, de tal manera de identificar aquellos aspectos desatendidos, mejorarlos y de esta manera garantizar espacios laborales libres de discriminación, de cara al nuevo futuro que entre todos estamos construyendo.

 Emilio Maldonado

Coordinador de Pride Connection Chile

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