Señor Director

Durante este fin de semana y, a propósito de la discusión que se ha levantado sobre la ratificación del protocolo de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) por parte de Chile, representantes de Comunidad y Justica indicaron que tanto Fundación Iguales, como Corporación Humanas –quienes por cierto estamos a favor de la ratificación– omitiríamos un punto central en la relación entre la Convención y la soberanía nacional. La verdad oculta sería que existe una influencia por parte de la Convención sobre el debate público y legislativo que constituye una presión política. Cabe preguntarse, ¿No debiéramos alegrarnos porque crecemos en el debate?

Lo que le molesta a Comunidad y Justicia es que la discusión política y legislativa no se conduzca como ellos quisieran y que, por tanto, se den resultados que les molestan ideológicamente. No quieren aborto legal (bajo ninguna causal), no quieren Ley de Identidad de Género ni matrimonio igualitario, así como tampoco adopción por parte de parejas del mismo sexo. Y aunque les duela mucho y se empecinen en aportillar el debate con fabulosas teorías de intervencionismos internacionales, en Chile tanto la ciudadanía como el Congreso apoyan mayoritariamente cada una de estas iniciativas.  ¿Es esto producto de la CEDAW? No. Esto es producto de largas conversaciones que hemos tenido como país, a todo nivel, en cada una de estas materias.

 

Isabel Amor

Directora de Educación

Fundación Iguales

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