El bullying es una forma de violencia que se caracteriza por un comportamiento agresivo que no es provocado y que pretende dañar o molestar. Este comportamiento es repetitivo en el tiempo y existe un desequilibrio de poder, donde unx individux en una posición de fuerza ataca a unx más débil.
Lxs jóvenes LGBTI son más susceptibles que sus pares heterosexuales a ser amenazadxs o heridxs en las escuelas, alejarse de sus colegios por sentimientos de inseguridad, además de ser atacadxs física y sexualmente y ser víctimas de otros tipos de violencia.
Estudios prospectivos en Estados Unidos, muestran que un 42% de jóvenes de la diversidad sexual han sido objeto de bullying, en comparación al 21 % de heterosexuales. Mientras que lxs jóvenes LGBTI, se ha demostrado que no son proclives a realizar bullying a otrxs compañerxs.
Uno de los aspectos que está fuertemente ligado a la presencia de bullying homofóbico y que contribuye a generar un ambiente inhóspito para lxs jóvenes LGBT es el uso de un lenguaje homofóbico. Más de dos tercios (68%) de lxs alumnxs escuchan epítetos de esta naturaleza con frecuencia.
Es importante considerar que el bullying homofóbico se manifiesta de muchas formas, no sólo como abuso verbal o agresión física. Dentro de la población LGBT, los estudios indican que el sector más propenso a sufrir bullying homofóbico en sus distintas formas, son los hombres homosexuales.
Consecuencias para lxs estudiantes LGBTI
El bullying homofóbico tiene un alcance amplio y muy negativo en el bienestar mental de lxs alumnxs LGBTI, lo que se refleja en la calidad de su aprendizaje y en su participación en la escuela.
Más de la mitad de lxs alumnxs LGBTI (54%) sienten que “no pertenecen” a su comunidad escolar (41%) y eso es aún más evidente en quienes sufren bullying homofóbico. De hecho, casi la mitad (46%) de estxs alumnxs se sienten incapaces de ser ellxs mismxs en sus escuelas y comentan que es “muy difícil que se acepten personas como yo” (Guasp, 2012).
Unx de cada cinco estudiantes LGBTI no se sienten segurxs en sus escuelas, lo que se triplica en el caso de lxs que sufren bullying. Casi un tercio (31%) no disfrutan ir a la escuela, y tres a cada diez (29%) dicen que son infelices en el ambiente escolar. En algunos casos, lxs estudiantes han tenido que cambiarse de escuela a causa de ello.
Respecto a los logros y aspiraciones de estudiantes LGBT, un 43% de lxs que sufren acoso homofóbico no sienten que están dando su mejor desempeño en la escuela y tres de cada cinco creen que esto repercute en su rendimiento escolar.
El ausentismo escolar es otro problema frecuente. Un 44% de lxs alumnxs que experimentan bullying homofóbico faltan a la escuela a causa de ello; de éstos un 13% lo ha hecho más de seis veces y un 29% dice que piensa faltar en el futuro, a causa del bullying.
La salud mental de lxs estudiantes LGBT se ve muy afectada por la experiencia del bullying homofóbico. Un 26% de alumnxs que son intimidados dicen que se sienten culpables por lo que les pasa. Asimismo, el suicidio es un problema importante en esta población, ya que aquellxs que son intimidadxs tienen mayor riesgo de cometerlo, herirse a sí mismxs o caer en depresión. Casi unx de cada cuatro (23%) jóvenes en esta situación han intentado quitarse la vida en algún momento. Un total de 41% de los alumnxs LGBTI víctimas de acoso homofóbico ha intentado o pensado quitarse la vida a raíz de dicha intimidación.
Otro problema es la autolesión. Más de la mitad (56%) de lxs jóvenes homosexuales deliberadamente se hacen daño a sí mismxs, lo que puede incluir cortes o quemarse. Las niñas LGBTI tienen el doble de probabilidades en comparación con los varones de autolesiones (72% en comparación con el 36%). Lxs jóvenes gays que sufren bullying homofóbico son significativamente más propensxs a autolesionarse en comparación con aquellos que no son intimidados (61% frente al 50%). El 41% de lxs alumnxs LGBT que experimentan bullying homofóbico lo reconocen como la causa de sus conductas de autolesión.
En cuanto a los altos índices de depresión, otro serio problema que enfrentan en especial lxs alumnxs LGBTI, casi la mitad (46%) de lxs que sufren bullying homofóbico tienen síntomas coherentes con depresión. Incluso dentro de lxs jóvenes LGBTI que no sufren bullying, el 35% tienen probabilidad de estar deprimidos. Estas cifras son mucho más altas que los índices que el NICE – Instituto Nacional para la Estimaciones de la Salud y Excelencia Clínica – detectó en niñxs y jóvenes en general (sólo un 5%). Así también, dentro de la población que sufre bullying homofóbico, se encuentra un mayor número de jóvenes con baja autoestima (46%).
Recomendaciones: qué funciona bien para combatir el bullying homofóbico
A pesar de que el bullying homofóbico es una realidad que está lejos de ser erradicada completamente de las escuelas, hay algunas medidas que países desarrollados han adoptado y que las investigaciones respaldan como efectivas para atacar este fenómeno, mejorar el ambiente escolar y la salud mental de personas LGBTI.
Dos grandes estudios en el Reino Unido y Estados Unidos muestran que lxs alumnxs LGBT de escuelas donde se han tomado medidas concretas para combatir el bullying homofóbico reportan menores niveles de ausentismo, mayor sensación de seguridad, mayor nivel de pertenencia a su comunidad escolar y son más propensxs a considerar su escuela como un lugar tolerante y seguro. Todo esto además de tener menos posibilidades de sufrir manifestaciones o incidentes homofóbicos dentro de la escuela.
A continuación, se exponen las medidas que están dando resultado según los estudios mencionados:
Alianzas y clubes Gay-Hetero.
Algunas escuelas cuentan con alianzas gay-hetero o clubes para personas LGBTI y heterosexuales que quieran participar. Estas instancias pueden brindar un ambiente seguro, espacios reafirmantes y apoyo crucial para lxs estudiantes LGBTI contribuyendo también a crear un ambiente más acogedor. Este tipo de escuelas presentaron menor presencia de comentarios homofóbicos, menor uso de la palabra “gay” como ofensa y/o de insultos como dyke o fagot (palabras en inglés para referirse peyorativamente a los homosexuales, mujer y hombre respectivamente).
Lxs estudiantes de estas escuelas tienen más probabilidades de decir que unx adultx intervino ante comentarios homofóbicos y también menos probabilidades de ser victimizadx, un 23% contra un 38,5% de las escuelas sin estos clubes. (Kosciw, Greytak, Bartkiewicz, Boesen, & Palmer, 2012).
Un currículum inclusivo.
Un currículum inclusivo integra representaciones positivas y realísticas de personas LGBTI (atletas, personajes de novelas, músicos, autores, etc.), datos históricos, eventos importantes, etc., dentro de las distintas áreas de la educación: historia, lenguaje, arte, filosofía, sociología, etc.
Esta inclusión puede promover respeto por todxs y mejorar la experiencia de escuela de lxs estudiantes LGBTI. En las escuelas donde se ha impartido un currículum inclusivo, menos estudiantes LGBTI se sienten insegurxs debido a su orientación sexual (43.4%), comparado con las escuelas sin esta iniciativa (67.5%). También reportaron menor ausentismo y mayor probabilidad de sentirse aceptados, en algún grado o en gran medida, por sus compañeros de clase. Sin embargo, el estudio mostró que un gran porcentaje de estudiantes no ha sido expuestx a modelos positivos de personas LGBTI en sus escuelas (Kosciw, Greytak, Bartkiewicz, Boesen, & Palmer, 2012).
Educadores y adultos que presten apoyo.
En el Reino Unido, menos de la mitad de lxs estudiantes LGBTI siente que hay unx adultx en la escuela con quien pueda hablar de su orientación sexual (Guasp, 2012). La presencia de educadorxs que apoyan a los estudiantes LGBTI puede tener un impacto positivo en la experiencia de escuela y en el bienestar psicológico de éstos.
Lxs profesores y miembros del staff que públicamente o visiblemente rechazan y combaten el bullying o el lenguaje homofóbico y que además abordan temas de diversidad sexual de manera positiva, hacen que lxs jóvenes LGBT tengan más confianza de acercarse a unx adultx en su escuela. Lxs estudiantes que sienten que tienen unx adultx con quien hablar de su orientación sexual son menos propensxs a presentar síntomas depresivos (37% versus 54%).
Así también las escuelas deberían apoyar a miembrxs del staff que quieran ser abiertxs sobre su orientación sexual (Guasp, 2012); lxs estudiantes que conocen un profesor gay o profesora lesbiana tienen más probabilidades de hablar con él o ella sobre su orientación sexual (41% versus 26%). En Estados Unidos, lxs estudiantes LGBTI de escuelas que cuentan con adultxs que prestan apoyo explícito, mostraron menor ausentismo, mayor pertenencia a la escuela e incluso mejores calificaciones. (Kosciw, Greytak, Bartkiewicz, Boesen, & Palmer, 2012).
Políticas claras, explícitas y exhaustivas contra el bullying homofóbico.
Las escuelas deberían tener y promover políticas claras para atacar el bullying homofóbico ya sea que se produzca en el aula, los pasillos o fuera de la escuela. Todas las instancias de lenguaje homofóbico deberían ser rechazadas y hacerle comprender a lxs alumnos por qué usarlo está mal. Las escuelas con políticas claras y explícitas en rechazo al bullying homofóbico presentan un menor número de incidentes de este tipo. Esto implica, por un lado, que profesorxs y staff de la escuela tomen acciones rápidas y oportunas en respuesta a actos de violencia u otros tipos de acoso homofóbico. Esta medida puede reducir las probabilidades de sufrir bullying homofóbico hasta en un 40%. Por otro lado, otras medidas -como colgar posters dentro de las escuelas con mensajes anti-bullying homofóbico- han logrado que unx de cada tres estudiantes LGBTI se sienta más segurx y confiadx de ser el/ella mismx, así como también sentir que puede hablar de su orientación sexual con unx adultx dentro de su escuela (Guasp, 2012).
El uso del lenguaje es un aspecto que también es abordado por las escuelas, tratando de eliminar palabras peyorativas para referirse a la orientación sexual de alguien o bien el uso de la palabra “gay” como una ofensa. En las escuelas donde se han tomado medidas en este sentido, el uso del lenguaje ofensivoes un 37% comparado con un 68% de las que no.
También se recomienda definir políticas y leyes exhaustivas y específicas que determinen acciones en caso de discriminación por orientación sexual, así como también de expresión de género. En las escuelas que adoptan políticas específicas, un 59.5% de lxs estudiantes reportan uso de lenguaje ofensivo, comparado con 73.3% de las escuelas con políticas genéricas anti-bullying, así como también se reporta mayor intervención de parte del staff de la escuela.
Conclusión
El bullying homofóbico es un problema presente en nuestras escuelas que puede manifestarse de distintas formas, desde el lenguaje y comentarios hasta la agresión y violencia física. Este fenómeno crea un clima de inseguridad que tiene repercusiones importantes en la salud mental y bienestar de lxs estudiantes LGBTI, así como también en el ambiente escolar en general.
Diversas medidas han demostrado efectividad para reducir la prevalencia del bullying homofóbico y mejorar el bienestar de estudiantes LGBTI. Es recomendado que cada incidente de bullying homofóbico sea tomado con seriedad y se actúe rápidamente, con sanciones claras y consistentes para los responsables. El bullying reiterado debería ser llevado ante el/la directorx o los padres y las madres, si fuera necesario.
Si bien es importante que las escuelas adopten medidas reactivas respecto del bullying homofóbico, también es esencial adoptar medidas proactivas y preventivas. Profesorxs, directorxs y otrxs líderes de la escuela deben dejar claro que combatir este fenómeno es responsabilidad de toda la comunidad escolar. Un buen comienzo es asegurarse que lxs miembrxs del staff no usen lenguaje homofóbico. Por otro lado, las escuelas deberían procurar que lxs profesorxs sean entrenadxs en cómo combatir el bullying homofóbico y cómo brindar apoyo a jóvenes LGBTI.
Finalmente, los resultados obtenidos en estudios extranjeros nos muestran las medidas que están dando resultado para combatir el bullying homofóbico en las escuelas. Esto abre la invitación a rescatar dichas experiencias exitosas y replicarlas en las escuelas de nuestro país, con el objeto de crear un mejor ambiente no sólo para lxs jóvenes LGBT, sino para la comunidad escolar entera.
Rodrigo Quiroga
David Russo
Reinaldo Schwarz
Comisión de Ciencias