Antigua y Barbuda, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador y Uruguay se convirtieron hoy en los primeros firmantes de la “Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial, y formas conexas de Intolerancia”, y la “Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia”, que fue aprobada ayer en la XLIII Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Los cancilleres argentino, brasileño, costarricense y ecuatoriano, el vicecanciller uruguayo y la Representante Permanente ante la OEA de Antigua y Barbuda firmaron el documento en La Antigua Guatemala en presencia del Secretario General de la OEA y el Secretario General Adjunto de la OEA. Para que ambas Convenciones entren en vigencia, deben ser ratificadas por los congresos de dos de los países firmantes.

En palabras del Secretario General Insulza, la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y las formas conexas de Intolerancia “tiene como méritos principales reafirmar, actualizar y perfeccionar alguna de las nociones consagradas en la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial de la ONU del 1965, consolidando y especificando para las Américas el contenido democrático de los principios de la igualdad jurídica y de la no discriminación”.

El máximo representante de la OEA destacó que el “instrumento hemisférico elabora una definición jurídicamente vinculante de racismo, de discriminación múltiple o agravada y de intolerancia; y propone una protección de todo ser humano contra el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia en cualquier ámbito de la vida pública o privada, entre otros aportes”.

Respecto a la Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia, el Secretario General Insulza afirmó que tiene un “gran valor simbólico-jurídico” y que dicha Convención “convierte a la OEA en una organización internacional a la vanguardia en la lucha contra toda forma de discriminación e intolerancia”.

Se trata del primer instrumento jurídicamente vinculante, explicó el Secretario General, que condena la discriminación basada en «motivos de nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual, identidad y expresión de género, idioma, religión, identidad cultural, opiniones políticas o de cualquier otra naturaleza, origen social, posición socioeconómica, nivel de educación, condición migratoria, de refugiado, repatriado, apátrida o desplazado interno, discapacidad, característica genética, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa, psíquica incapacitante o cualquier otra”.

El Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, Héctor Timerman, indicó que su país “celebra que la OEA siga siendo un espacio de diálogo y consenso que permita el desarrollo progresivo de la protección de los derechos humanos, creando nuevos instrumentos jurídicos en temas esenciales de la región como estas dos Convenciones que hoy firmamos”. El Canciller argentino alentó al resto de países del hemiferio a que firmen «todos los instrumentos jurídicos de derechos humanos que tiene la región para lograr una verdadera universalización”.

El Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, Enrique Castillo Barrantes, manifestó que “nos complace mucho la firma de estos instrumentos porque hemos colaborado desde su nacimiento, fuimos promotores y también participamos en la redacción de las Convenciones. El esfuerzo culmina hoy y creemos que es un aporte positivo al funcionamiento del Sistema Interamericano”.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, indicó que “el Ecuador, fiel a su Constitución, acompaña la suscripción de estas Convenciones y exhorta al resto de los países del hemisferio a proceder de la misma manera”.

El Representante Permanente de Uruguay ante la OEA, Milton Romani, dijo que, “para Uruguay esto significa una ampliación mayor de derechos y contra todo tipo de discriminación, nuestro país ya ha votado una ley sobre matrimonio igualitario reconociendo estos derechos, por lo tanto, con más razón apoya Uruguay estas Convenciones”. El Vicecanciller de Uruguay, Luis Porto, fue quien firmó ambas Convenciones.

La Representante Permanente de Antigua y Barbuda, Deborah-Mae Lovell, cuyo país desempeñó un papel clave en las negociaciones que lograron el consenso para la aprobación de los textos de ambas Convenciones, destacó el compromiso de su país con “los que no tienen voz”, y recordó la labor de su compatriota, y ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Sir Clare Roberts, «quien fue el promotor de los derechos de los afro-descendientes en el hemisferio por mucho tiempo”.

La representante alterna de Antigua y Barbuda, Ann-Marie Layne, quien presidió el Grupo de Trabajo del Consejo Permanente que concluyó las negociaciones de los dos textos de las dos Convenciones, sostuvo que el espíritu de los documentos “se basa en la capacidad de hacer real las promesas de democracia, como la justicia, la igualdad y la búsqueda de la felicidad”.

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Fuente: oas.org