Señor director:
En La Tercera del 27 de noviembre apareció una nota en la que el diputado Felipe Ward (UDI) propiciaba la inconstitucionalidad del matrimonio homosexual, “como una forma de destrabar la tramitación del Acuerdo de Vida en Pareja”. Dos homosexuales no pueden tener hijos, argumenta, y como el procrear es uno de los fines del matrimonio no debe permitirse esta condición entre personas del mismo sexo. El diputado no advierte que el tener o no hijos dentro del matrimonio es una potestad de autonomía de las personas. ¿Debería prohibirse el matrimonio entre personas que no están en condiciones de procrear, por ejemplo en razón de la edad, ya que uno de los fines del matrimonio no se cumpliría? Mi apuesta es que el diputado respondería que esa es una situación distinta.
Por otra parte, su argumento implicaría que cuando uno de los cónyuges no desea procrear podría constituir una causal de divorcio, divorcio que seguramente tampoco aceptaría. ¿O si uno de ellos no puede procrear habilitaría al otro cónyuge para pedir el divorcio? Por último, podría significar que no sería permisible que las parejas se puedan casar a sabiendas que no desean procrear, pues vulnerarían el espíritu de la ley. Del mismo modo deberíamos limitar la autonomía y asegurar a través de una declaración que los novios se comprometen a tener hijos, y establecer tal obligatoriedad en el contrato mismo del matrimonio. Hay algo que falla en la argumentación, y creo que sería más honesto declarar que no acepta que las parejas del mismo sexo puedan conformar una familia con todas las de la ley.
Lidia Casas B.
Profesora investigadora
Facultad de Derecho UDP