Señor director:
El miércoles, y producto de una alianza entre Fundación Iguales y Human Rights Campaign –la mayor ONG de diversidad sexual del mundo–, Chile se convirtió en el tercer país en contar con una herramienta que medirá el grado de inclusión de las empresas con las personas de la diversidad sexual y de género.
Este hito pone a Chile a la vanguardia y refleja una creciente tendencia de los últimos dos años: el interés de las empresas presentes en el país por gestionar equipos cada vez más diversos y propiciar espacios inclusivos. No por responsabilidad social, sino porque fomenta la creatividad, aumenta el compromiso de los colaboradores con su organización y disminuye las tasas de rotación. Todo se traduce en ganancia para la compañía que se aventura en incluir a todo tipo de diversidades, pero lo más importante: transforma la vida de quienes se ven reconocidos por sus trabajos.
El tiempo en que se produce este lanzamiento no es casual: los avances legislativos y el apoyo en la opinión pública a las demandas por mayor igualdad hacia las personas LGBTI facilitaron un momentum que ha sido recogido por el sector privado. Desde 2016, 30 empresas integran Pride Connection – la primera red de este tipo en Chile y que une a compañías que promueven la inclusión de las personas gays, lesbianas y trans– y cada vez más organizaciones han elaborado (o están en proceso de hacerlo) políticas de inclusión y no discriminación hacia sus colaboradores LGBTI. Esto, combinado con mayor apertura de las marcas a dar a conocer sus posturas, hicieron posible el lanzamiento de Equidad CL, el índice que medirá a las empresas de acuerdo a qué tan buen lugar para trabajar son para las personas LGBTI.
Con estos pasos, el sector privado comienza a ponerse al día y, si las legislaciones no avanzan hacia el reconocimiento de una sociedad más diversa, es probable que sobrepasen al marco jurídico en esta materia.
Emilio Maldonado Q.
Director ejecutivo Fundación Iguales.