Desde hace mucho tiempo hay una duda bastante grande, no solamente entre la comunidad científica sino también entre las personas de la diversidad que nos preguntamos: ¿Ser gay es genético? ¿Hay una forma de diagnosticar la homosexualidad antes de que uno se defina como gay? ¿Hay grados de más o menos gay? Hay personas que dedicaron su tiempo y su carrera en averiguarlo.

 

Como genetista recibo muchas preguntas de distintos campos de la genética que van desde el por qué del color de los ojos de un bebé hasta la predisposición de padecer cáncer. Lo más complicado es cuando me miran firmemente y preguntan: ¿Cuál es el gen gay? Obviamente como miembro de la diversidad sexual esa pregunta me la he hecho distintas veces antes mismo de saber qué era un gen. Si ser gay es genético eso implica que, quizás, mi hermano también lo sea; o más fuerte aún: que mi papá mantenga un matrimonio de fachada. Antes de elucubrar cualquier de estas posibilidades es fundamental revisar un par de principios básicos de la genética.

 

Cuando decimos que una cosa u otra es genética directamente nos referimos a que ésta característica – sea ella positiva como la aptitud cognitiva; neutral como el color de los ojos o negativa como el incremento de la posibilidad de tener un cáncer- sea heredable. Eso implica una transmisión de nuestros ancestros a lo largo de varias generaciones pudiendo o no ser verificada a través de nuestros ojos. Hay rasgos genéticos que uno ve externamente como el pelo rizado o liso; otras intuimos a través del comportamiento y, otras las cuales hacen parte de la genética de las personas pero son imperceptibles como la intolerancia a una determinada comida, por ejemplo.

 

Hace algunas décadas la comunidad científica, basada en evidencias de que ni todas las características genéticas se manifestaban de la misma forma en un padre que en un hijo y sus hermanos, sacó a la luz otro responsable por los rasgos que hasta entonces atribuíamos a los genes: el ambiente. Éste es un término muy amplio que abarca todo lo que no sea genético (alimentación, comportamiento, sociedad, cultura, religión, educación, etc.). Con este descubrimiento muchas cosas vinieron a la luz: Nos enteramos que no es suficiente que tengas un gen defectuoso que predisponga a un cáncer de mama, por ejemplo; necesitas que tu ambiente sea favorable y que module de forma negativa el funcionamiento de tus genes. Con que tengas los genes que atribuyen una estatura favorecida, sin los nutrientes necesarios serás un bajito igual que los demás. Pero, con tantas novedades y avances en el campo, no faltaron científicos que se plantearon el problema: Si hay el gen del cáncer, de la estatura, del color de ojos, de pelo liso, ¿por qué no habrá el gen que define la homosexualidad? De ahí en adelante empezó una serie de errores básicos buscando la respuesta a algo que ni siquiera tiene una pregunta – por lo menos científicamente – defendible.

 

Todo empieza en el año de 1991 cuando el británico Simón LeVay publica un estudio donde concluye que una determinada estructura cerebral es más pequeña en homosexuales cuando comparada a heterosexuales y de ahí se cundió el asedio mediático a este científico que hizo hincapié no en sus hallazgos pero, sí, en lo que no había concluido. LeVey reiteró que él no había demostrado que ser gay era genético; que tampoco encontró la causa de la homosexualidad y que el furor de sus resultados se había dado por una malinterpretación sensacionalista por parte de la prensa. Cabe resaltar que él estudió menos de 20 casos y tampoco sabía si las personas muertas de donde sacó sus cerebros eran gays o no: “las personas involucradas en el estudio tenían SIDA y por ello las clasifiqué como homosexuales”. Los heterosexuales tampoco tenían comprobada su orientación: “los casos se consideraron heterosexuales dado que no murieron de SIDA”. En resumen, un error básico en una investigación tan controvertida como su tema.

 

Pero LeVey no se quedó solo en esta búsqueda sin sentido. En el mismo año, dos investigadores enfocaron sus esfuerzos en el estudio de gemelos idénticos – con misma carga genética. Ellos encontraron que el 52% de los hermanos ambos presentaban homosexualidad. Pero si suponían que ser gay era genético, ¿cómo es posible que solamente la mitad de los gemelos (teniendo la misma base genética) presente esta orientación? Varios problemas explican el fracaso de la investigación, entre ellos el hecho de que todos los individuos crecieron juntos en el mismo ambiente familiar y social. De haber una causa genética, indistintamente del ambiente en el que crecieron ambos hermanos hubieran sido gays. Un segundo estudio intentando ratificar estos resultados bajó la proporción del 52 al 20%, quitando cualquier peso o valor de la investigación.


Llegamos al año de 1994 y con el boom de los estudios de marcadores genéticos llegó la supuesta región del ADN donde nos diría si una persona es homo o heterosexual. Se vio que había una tendencia en haber más personas homosexuales en la familia materna que paterna. Hamer y sus colegas intentaron ligar la homosexualidad masculina a una porción del ADN localizada en la punta del cromosoma X (transmitido por la madre a hijos varones). Examinó a 40 parejas de gemelos idénticos y mellizos gay. Como conclusión de su estudio Hamer identificó el gen Xq28 como una influencia en la orientación sexual homosexual, pero solo estaría presente entre 5 y 30% de hombres homosexuales. ¿Cuál sería entonces el origen de la homosexualidad de 70 o 95% restante? Un año después, otro grupo intenta validar los estudios de Hamer y concluyen: “nuestros datos no respaldan la presencia de un gen de gran efecto que influencie la orientación sexual en la posición Xq28”. Hamer, a su vez, “sabíamos que los genes eran únicamente parte de la respuesta. Asumimos que el medio ambiente de desarrollo también juega un papel importante en la orientación sexual, tal y como lo hace en la mayoría, si no es que en todos, los comportamientos […] No creo que seremos capaces de predecir quién tendrá homosexualidad y quién no. Nuestros estudios tratan de establecer con exactitud los factores genéticos […] no de negar los factores psicosociales”

 

El ultimo estudio considerando la genética como base de la homosexualidad se llevó a cabo en el 2007 por Alan Sanders, de EEUU y concluyó: “no creo que exista un gen de la homosexualidad, estimo que interactúan otros factores no genéticos, como influencias sociales y ambientales”.Pero ¿qué hay más allá de la genética?

 

Autor: Ricardo Fernández – Ramires
Comisión de Ciencias
Fundación =Iguales