[quote align=»center» color=»#999999″]»Existen en nuestro país pocas oportunidades para que una persona homosexual pueda hablar de sus problemas sexológicos u orgánicos relacionados con su sexualidad»[/quote]
[divider scroll_text=»Por: Comunicaciones Iguales»]
En una interesante conversación, este médico aborda en profundidad las temáticas y problemas de la consulta urológica y del paciente gay masculino.
— ¿Cuál es tu campo de trabajo?
El campo urológico tiene que ver con la patología orgánica, pero también tiene que ver con la sexología, especialmente con la sexología masculina. Ejemplo de lo segundo es que en la consulta, el urólogo identifica un problema que muchas veces no aparece en una primera instancia cuando el paciente se sienta a consultar, sino que surge de forma secundaria. En Chile, los hombres, en general, tienen mucho temor a consultar por el tema sexológico, se inhiben muchísimo.
—Cuándo dices sexológico ¿A qué te refieres?
A disfunciones sexuales, fundamentalmente. Las disfunciones sexuales son esencialmente tres. Primero, la eyaculación precoz; segundo, la disfunción eréctil y, tercero, en la población homosexual, de manera menos frecuente también puedes encontrar ciertas dificultades con identidades de roles al momento de concretar una relación sexual.
—Volviendo un poco hacia atrás, me explicabas que habían dos áreas…
Una es el área orgánica, que es donde están las enfermedades propiamente tales y, por otra parte, los temas sexológicos, que tienen que ver con el comportamiento sexual y con la facilidad para poder llevar a cabo una relación sexual (eyaculación precoz y disfunciones eréctiles).
— ¿Crees que existe una diferencia para tu práctica clínica dada por el hecho de conocer la orientación sexual de tu paciente?
Sí, creo que hay una gran diferencia. Especialmente porque hay patologías que se pueden identificar con mayor frecuencia en la población homosexual. También hay patologías que tienen la misma sintomatología en heterosexuales y homosexuales, pero la causa es distinta en el caso de las personas homosexuales.
— ¿Qué otras patologías se asocian al paciente homosexual?
Uno puede orientarse de una manera distinta al saber que un paciente tiene una actividad de tipo homosexual, especialmente si tiene penetración anal o si tiene una posición activa.
— ¿En ese caso qué podemos ver…?
Las uretritis son causas muy frecuentes de consultas en el hombre. Casi siempre son producidas por algún germen del tipo venéreo. La más clásica que conocemos todos es la gonorrea. En la población homosexual se da la gonorrea, pero en mi práctica he podido ver que, más frecuente que la gonorrea, es la uretritis producida por los gérmenes anales, (que es menos común ver en los hombres que tienen relaciones heterosexuales). En la población homosexual, la relación anal es muy frecuente; y cuando ésta ha sido desprotegida indica que, lo más probable, es que se trate de un germen que no es gonorrea, sino gérmenes que normalmente están en el ano, y que por colonización de la uretra producen este tipo de uretritis.
— Desde el punto de vista médico ¿Qué diferencia marca un caso y el otro?
Por norma uno tiene que tratar de identificar el germen que está produciendo la uretritis, pero eso no siempre es posible. Cuando se trata de uretritis por gérmenes del ano yo hago un tratamiento diferente a una infección por gonococo. La gonorrea es bastante notoria desde el punto de vista de la sintomatología. Estas otras uretritis producidas por gérmenes anales son bastante más solapadas, cuando alguien tuvo una relación anal desprotegida y apareció con estos síntomas, me oriento a pensar que se trata de un problema no gonocócico.
— ¿Y si hablamos de VIH?
Un primer tema es si la persona es VIH positivo o no. La gente no te dice derechamente si es VIH positiva o no, si está en tratamiento o no. Si uno conoce la orientación sexual, no puede descartar el VIH porque la tasa de VIH es mayor en la población homosexual que en la población heterosexual (así es en Chile y en Occidente).
—El conocer la orientación sexual y posteriormente si es seropositivo o no ¿en qué ayuda?
Por ejemplo, en el tema de las enfermedades venéreas. Hay enfermedades venéreas que son más raras y que son propias de personas que tienen una inmunodeficiencia. Existen patologías como el linfogranuloma venéreo que es muy raro y que se ve en personas que son VIH positivos o con inmunodeficiencia, aun cuando estén con los tratamientos actuales y que tenga su carga viral indetectable.
Los pacientes que están en tratamiento con VIH pueden desarrollar problemas específicos en el ámbito urológico por las drogas que están usando. Por ejemplo, el cólico renal es una patología muy frecuente en la consulta urológica. El cólico renal se produce por cálculos que tienen composiciones casi siempre del mismo tipo: o son de calcio o son de ácido úrico. Pero específicamente en el paciente en tratamiento con drogas antirretrovirales, los exámenes que se utilizan para diagnosticar la causa de un cólico renal no muestran un cálculo. Es la única situación en la cual una persona haciéndose un examen específico para los cálculos renales puede resultar un examen normal, teniendo todos los síntomas de un cálculo.
— ¿Tiene otra composición el cálculo?
La diferencia está en la composición; tienen que ver con las drogas. Existen otros exámenes, para lograr ver los cálculos renales en estos casos, pero son muy indirectos. Entonces, cuando sabemos que una persona es VIH positiva y el examen no está mostrando cálculos, pero el paciente tiene un cólico renal producido por un cálculo, tú inmediatamente piensas que se trata de algo específico que tiene que ver con drogas antirretrovirales.
— ¿Tenemos alguna otra patología?
Existe además la forma de presentación de algunas otras patologías. Por ejemplo, el papiloma humano. En el caso de personas que tienen actividad sexual de tipo homosexual las lesiones por papilomas se pueden encontrar en distribuciones que son distintas. Cuando un paciente llega al urólogo y dice que le salió una lesión en el pene o que tiene una verruga e identificas (de manera visual, que casi siempre es positiva) que es una lesión producida por el virus papiloma, si esta persona ha tenido una relación de tipo homosexual, hay que fijarse también si acaso la distribución de ese papiloma está en la zona peri anal. Esta observación no se hace habitualmente en una consulta urológica corriente. Muchas veces, las lesiones peri anales no son vistas por el médico y pasan también desapercibidas para el paciente. Entonces ahí existe una diferencia que es bien importante donde uno tiene que estar con las antenas paradas para poder diagnosticar este hecho. Esto no es exclusivo de la actividad homosexual, pero lo encuentras con mucha mayor frecuencia.
— ¿Cómo se aproxima un médico en temas que son tabú o a veces secretos de las personas, donde se sospecha que estas frente a una persona homosexual y quizá no puedes preguntar?
No tienes que poner a la persona ante la disyuntiva de decirte soy homosexual o no soy homosexual. Tú puedes irte un poco por las ramas para llegar a la misma conclusión y que el paciente se vaya soltando. Por ejemplo, si se observan algunas patologías de las que hemos conversado, le puedes preguntar si es que ha tenido relaciones anales, donde él penetre. Entonces, cuando encuentras ese hecho y el paciente acepta que ha tenido relaciones anales, le explicas que el tratamiento va a ser distinto, y con ello ya estás dando un paso más para que el paciente diga si tiene actividad de tipo anal. No necesariamente le tienes que preguntar si es homosexual o no…
—Y dada la alta prevalencia del VIH en la población homosexual ¿Cómo se indaga sobre esa patología que también es compleja?
Muchas veces cuanto te encuentras con una patología rara tienes que preguntarle si se ha hecho alguna vez un test de VIH. Tampoco le preguntas directamente si es homosexual o no, sino si se ha hecho un test de VIH. Habitualmente el paciente que es VIH positivo te va a dar una respuesta positiva: “Sí, si me lo hice, soy positivo”. De ahí viene la siguiente pregunta: ¿Estás en tratamiento o no estás en tratamiento? Entonces la aproximación no tiene que ser directa para que la persona se exponga a decirte si es homosexual o no, porque en cierta forma también lo puedes intuir, te puede ayudar.
— ¿Cómo se incorpora la pareja si es que en algún momento es necesario?
Fundamentalmente en el ámbito orgánico la pareja es importante cuando hay una patología de transmisión sexual, como el VIH, la gonorrea, la sífilis o el papiloma humano. Ante todas estas enfermedades de transmisión sexual es importante hablarle de su pareja, sin necesariamente especificar si es hombre o mujer, y sugerirle que debe hacerse ver por el médico correspondiente. En algunos casos, para evitar una situación que puede ser incómoda, entonces ante una enfermedad de transmisión sexual le das tratamiento para la pareja también. De esa manera, no necesariamente la pareja tiene que consultar, pero sí estas cumpliendo con la función de cubrir el espectro máximo posible de personas que pudieran estar afectadas.
—Vamos a la otra rama de la urología, la sexológica…
La consulta sexológica tiene un componente orgánico en un 5% o 10% de los casos y el resto todo es psicológico. Así es como funciona. Las patologías más frecuentes son eyaculación precoz y disfunción eréctil.
— ¿Cómo actúan los urólogos en el caso de un paciente homosexual con disfunción sexual?
En el caso de la eyaculación precoz, un factor son las relaciones sexuales esporádicas con personas desconocidas ¿Porqué influye eso? En la eyaculación precoz la ansiedad es un factor muy importante, especialmente cuando el paciente se enfrenta por primera vez por primera vez con una persona que no conoce. Esta situación puede desencadenar la eyaculación precoz. Luego, cuando el paciente se enfrenta a una siguiente nueva pareja el problema aumenta. No son cosas que se hablen muy fácilmente. La persona se encuentra ante esta situación, va a tener una eyaculación precoz y tratará de huir.
— ¿Qué diferencia vez entre la conducta homosexual y la heterosexual?
En mi opinión, la diferencia fundamental es que la población homosexual tiene una relación esporádica mucho más frecuente y más rápidamente que en el caso de la población heterosexual. Cuando el heterosexual se enfrenta a esta misma situación también puede tener este mismo problema. Cuando se suelen dar con mayor frecuencia las relaciones esporádicas y rápidas, entonces, el factor ansioso es mucho más importante.
— ¿Qué se hace en el tema de la eyaculación precoz?
Muchas veces cuando la eyaculación precoz se da en parejas que están constituidas se puede trabajar con la pareja. La comprensión de la pareja del eyaculador precoz es también parte del tratamiento. Si la pareja no entiende que esta es una enfermedad que debe ser tratada, la frustración que se produce en la pareja del eyaculador precoz genera un círculo vicioso que retroalimenta la ansiedad de quien tiene el problema.
— ¿Qué acción específica puedes tomar como médico en el caso de una eyaculación precoz?
Primero, es importante saber por qué se está produciendo. Identificar de si el paciente tiene una pareja estable o si está teniendo solo encuentros casuales posteriormente orientar el tratamiento según sus necesidades. Si necesita un apoyo sicológico y psiquiátrico hay que conseguirlo. Hay apoyo de medicamentos; el tratamiento del eyaculador precoz muchas veces comienza con un tratamiento medicamentoso, con antidepresivos que retardan la eyaculación como efecto secundario. Existen ejercicios especiales que se pueden hacer, con grupos de kinesiólogos que están especializados en piso pelviano. Cuando tienes a la pareja del eyaculador precoz ella se puede dar cuenta de que es una situación involuntaria, por lo tanto, la pareja te ayuda como acción terapéutica al darse cuenta que es una enfermedad que requiere tratamiento. En la mayor parte de los casos la acción de la pareja es muy importante para disminuir la ansiedad.
— ¿Te ha tocado tratar parejas del mismo sexo?
No, no me ha tocado. En general la gente viene a un tratamiento individual. Aunque muchas veces vienen espontáneamente acompañados. Todo lo que es terapia de pareja entra ya de lleno en el ámbito sicológico y psiquiátrico. Pero en el tratamiento individual podemos tener una acción medicamentosa y una intervención fisiátrica de kinesiología especializada.
— ¿Qué pasa con la disfunción eréctil?
Hay un tema que es bastante específico de las relaciones homosexuales. Ese tema es el asumir un determinado rol dentro de la relación, cosa que no se da en una pareja heterosexual. En una pareja heterosexual está el hombre, está la mujer, y se sabe cómo va el camino hacia la relación sexual. En el caso de la pareja homosexual, y es lo que me ha tocado en mi experiencia, muchas veces el querer asumir un rol determinado es el que desencadena la disfunción eréctil. Cuando se produce una disfunción eréctil en pacientes jóvenes y se descarta absolutamente lo orgánico, hay un motivo importante que es el asumir roles específicos dentro de una relación de tipo homosexual. Muchas veces la gran angustia con que consulta el paciente se debe, por ejemplo, a que él quiere ser activo con su pareja y no puede y quiere saber de qué manera puede solucionarlo. Entonces, ahí es donde debes ir a buscar eventuales terapias o plantear que existe la posibilidad de que su práctica sexual está orientada de una determinada manera.
— ¿Cómo se enfrenta si la persona quiere asumir el rol activo?
Con los medicamentos actuales para la erección a veces logras resolver el problema, pero no siempre se puede. En la mayor parte de los casos, cuando se trata de personas jóvenes, la acción de medicamentos funciona de manera más efectiva, pero muchas veces la disfunción eréctil se da también en personas mayores, donde la acción de medicamentos no es tan efectiva como en el caso de las personas jóvenes.
— ¿La intervención de ustedes llega hasta el tema de los medicamentos?
Nosotros tratamos de orientar ciertas patologías, pero hay cosas que podemos resolver y otras que no. Angustia, ansiedad son del resorte psiquiátrico o sicológico. Cuando se ve que por la vía medicamentosa segura no logras solucionar los problemas también tienes que buscar la concurrencia de otros profesionales. El mismo uso del condón provoca problemas de disfunción eréctil, porque al colocárselo se interrumpe ese flujo de emociones de la interacción erótica.
— ¿Ahí cómo se enfrenta?
Es una cosa de costumbre; erotizando el momento o con el uso de medicamentos para la erección. Nosotros no lo sabemos, pero los medicamentos para la erección son los segundos más usados después de la aspirina. Se usan muy frecuentemente especialmente cuando la gente entiende que no son medicamentos peligrosos.
— ¿Cómo médico que consejos das respecto al uso de esos medicamentos?
Primero indago si no hay una interacción que pueda ser dañina con otros medicamentos y si no la hay, los prescribo sin problema. Los efectos secundarios son bastante pocos en el caso de los medicamentos para la erección. Respecto a los eventuales problemas cardiacos, se ha producido una desinformación. Resulta que hay medicamentos que se usan para enfermedades cardiacas que tienen interacción con los medicamentos de la erección y que pueden ser peligrosos. Hay que identificar si el paciente está tomando esos medicamentos, que cada vez se toman menos por lo demás. Si no existe esa situación, la probabilidad de un problema cardiaco importante por el uso de los medicamentos para la erección es muy baja. Hay efectos secundarios que se presentan especialmente cuando se comienzan a usar, que puede ser el dolor de cabeza y ciertos grados de congestión.
— ¿Desde tu experiencia clínica, qué aporte se puede hacer a la prevención de enfermedades de transmisión sexual?
En la prevención la única herramienta que se ha probado efectiva es el uso del condón. Aun así, no estás exento de tener ciertas patologías, entonces la restricción de las actividades sexuales puede ser una manera de evitar estas infecciones. Pero uno tiene que ser realista en cuanto a las restricciones. El sexo oral es lo más difícil de restringir, porque la gente no lo asocia con una enfermedad de transmisión del tipo VIH, si bien igual tiene riesgo de contagio, aunque sea en menor grado. El uso del condón puede prevenir.
Finalizando ¿Cuál es tu conclusión respecto a la identificación de la orientación sexual?
Existen en nuestro país pocas oportunidades donde una persona homosexual pueda ir a hablar de sus problemas sexológicos u orgánicos que tengan que ver con su sexualidad. Por lo tanto, cuando logras identificar y consigues que el paciente te dé ese antecedente se entra en una interacción más personal con el paciente en cuanto a aconsejar y sugerir ciertas medidas de acción.